Cataluña y el futuro de la salud mental: cómo la tecnología está cambiando el enfoque
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- A principios de noviembre, el equipo Clínic-IDIBAPS publicó un estudio que demuestra que medir la temperatura cutánea con un reloj inteligente podría ayudar a monitorizar el trastorno bipolar.
- Vimos que nuestros hallazgos de la mayor temperatura en la manía, sobre todo durante el día, que se mantenían por unas ocho horas, no dependían del sexo.
- Muchas veces se pone un tratamiento o se hace algún tipo de intervención que a la mayoría le funciona, pero prácticamente en un tercio de las personas eso no funciona, y tenemos que cambiar el fármaco, tenemos que cambiar el abordaje, y todo eso enlentece mucho todo el proceso.
- Cuando hablamos de hormonas, no solamente hablamos de hormonas como la progesterona o el cortisol; las hormonas tiroideas son también muy relevantes y las controlamos rutinariamente en el trastorno bipolar.
- Muchas personas que buscan ayuda por problemas de salud mental no tienen un trastorno; tienen insomnio, tienen agobio, tienen ansiedad, tienen síntomas depresivos debido a situaciones de la vida que son cada vez más complicadas. La pregunta que cabe, o la subpregunta dentro de esta, es: ¿por qué ocurre esto?
- El 061 ofrece atención especializada 24 horas de psiquiatras, psicólogos clínicos y enfermeros especializados en salud mental para las llamadas relacionadas con un posible riesgo de suicidio.
- La mayor proporción de personas con pensamientos o intentos suicidas se encontró en el grupo de edad de 15 a 19 años. Aquí se necesita mucha coordinación entre sanidad y educación para que a nivel de sociedad podamos abordar este tema.
- Detrás de lo que se ve en un estudio hay mucho trabajo y muchos años dedicados.
- Hoy en día, en la práctica clínica la inteligencia artificial nos sirve de poco.
A principios de noviembre, el equipo Clínic-IDIBAPS publicó un estudio que demuestra que medir la temperatura cutánea con un reloj inteligente podría ayudar a monitorizar el trastorno bipolar. El estudio realizó un seguimiento de 104 pacientes en diferentes fases y demostró que la temperatura cutánea era significativamente más alta durante los episodios maníacos que en un estado estable o depresivo. Este descubrimiento sugiere que la temperatura cutánea podría ser un biomarcador objetivo de estados psicopatológicos y, potencialmente, permitir la monitorización personalizada de los pacientes. La investigación contó con la colaboración de universidades y hospitales y fue financiada por instituciones españolas e internacionales. El estudio titulado “State-dependent skin temperature increase during manic episodes of bipolar disorder” se publicó en el Journal of Affective Disorders.
Uno de los autores del estudio es Diego Hidalgo-Mazzei (MD, PhD), psiquiatra e investigador postdoctoral en la Unidad de Trastornos Bipolares y Depresivos del Hospital Clínic de Barcelona. Su investigación se ha centrado en el uso de nuevas tecnologías en trastornos afectivos, participando en numerosos proyectos nacionales e internacionales y publicando numerosos artículos científicos en este campo. Hace trece años, Hidalgo-Mazzei publicó un estudio sobre un estado llamado síndrome catatónico. En él describió el caso de un paciente joven que no respondía a las terapias convencionales. Su trabajo demostró que ciertos medicamentos nuevos podrían ser útiles cuando los tratamientos estándar no funcionan.
En esta entrevista con Diego Hidalgo-Mazzei, descubrirá cómo la investigación sobre la temperatura cutánea está revelando nuevas posibilidades para la monitorización del trastorno bipolar y cómo los cambios hormonales afectan tanto al estado de ánimo como a la temperatura corporal. Se destaca especialmente la importancia de las terapias personalizadas. La entrevista también pone de relieve la prevención del suicidio, especialmente entre adolescentes, y la importancia de la colaboración con las instituciones educativas. Debatir sobre salud mental, estrés, ciberacoso y estrés postraumático en las escuelas es fundamental. Además, el investigador describe el sistema de salud mental catalán, uno de los más avanzados de Europa, y proyectos como PADRIS-PRESTO y las aplicaciones SimpLe y PRESTO. La entrevista aborda también los retos que ha enfrentado en su trabajo, así como el potencial y las limitaciones de la inteligencia artificial en la práctica clínica.
“Nuestros hallazgos de la mayor temperatura en la manía no dependían del sexo.”
En su estudio reciente, usted demostró que la temperatura de la piel puede utilizarse para monitorear el trastorno bipolar. Considerando que las hormonas influyen tanto en la regulación del estado de ánimo como en la temperatura corporal, ¿qué papel podrían desempeñar las fluctuaciones hormonales en estos hallazgos?
Diego Hidalgo-Mazzei: Es una pregunta muy interesante que surgió durante el desarrollo del trabajo y, en efecto, sobre todo en las mujeres, especialmente en la edad reproductiva, pero también un poco después, las hormonas tienen un gran rol en lo que es la regulación de la temperatura corporal y de la piel, así como en el estado de ánimo. Nosotros, en el trabajo, lo que pudimos controlar —porque no todo en un estudio como este se puede controlar— es que evidentemente teníamos hombres y mujeres y controlamos el sexo. Vimos que nuestros hallazgos de la mayor temperatura en la manía, sobre todo durante el día, que se mantenían por unas ocho horas, no dependían del sexo.
Por lo tanto, al menos en estos hallazgos, esta influencia de las hormonas quizás no sea la más relevante, pero eso no quiere decir que no haya que tenerlo en cuenta en futuros estudios más amplios, sobre todo porque es algo bien sabido que esto es así. Solo que el aumento que captó nuestro sensor a nivel de la piel, ese aumento en la manía, fue indistintamente tanto para hombres como para mujeres, por lo cual aquí no tuvo un rol. Pero es interesante, porque habría que tener en cuenta en el futuro, si esto se extiende y se replica, que estas variaciones hormonales, sobre todo en las mujeres de edad reproductiva, podrían ocurrir. Por lo tanto, nosotros lo tuvimos en cuenta y controlamos nuestros resultados de esta manera.
¿Cómo podría este conocimiento contribuir a la personalización o adaptación de los enfoques terapéuticos para el trastorno bipolar?
Diego Hidalgo-Mazzei: Esto es la gran meta, no solo con la temperatura, sino con muchas líneas de investigación del trastorno bipolar: encontrar parámetros objetivos y continuos que nos permitan tener algo más de lo que nosotros podemos intercambiar con el paciente y entrevistarlo en la visita. El grado de personalización es realmente bastante limitado si no tenemos estos parámetros. Nosotros nos guiamos por guías clínicas en los estudios clínicos sobre lo que fue lo mejor para la mayoría de los pacientes con trastorno bipolar en situaciones específicas. Sin embargo, esa persona individual que está enfrente de uno quizás no sea parte de esos resultados, y eso es lo que vemos en la práctica clínica.
Muchas veces se pone un tratamiento o se hace algún tipo de intervención que a la mayoría le funciona, pero prácticamente en un tercio de las personas eso no funciona, y tenemos que cambiar el fármaco, tenemos que cambiar el abordaje, y todo eso enlentece mucho todo el proceso. También expone al paciente a efectos adversos indeseados e innecesarios porque en este caso el tratamiento no funciona. Por lo cual, esa medicina y esta psiquiatría de precisión que perseguimos es uno de los objetivos que tiene al final del camino toda esta línea de investigación, y muchas otras, como marcadores biológicos, genéticos y sanguíneos.
Pero nosotros, con las terapias digitales, con todo lo que es la monitorización digital, queremos buscar un camino para encontrar estos parámetros objetivos, para personalizar tratamientos, ver qué tratamientos responden y cuáles no, basándonos no solamente en la percepción y la sensación que tiene la persona, sino en parámetros objetivos. Si realmente logramos validar la temperatura, el movimiento y la actividad electrodérmica —que es lo que recogen estos aparatos vestibles de una forma cómoda y no invasiva— podríamos tener información complementaria muy importante para dar un paso adelante con la personalización de los tratamientos.
Trastorno bipolar, metabolismo y temperatura: ¿qué factor es el más difícil de estudiar?
Las personas con trastorno bipolar presentan tasas más altas de estilo de vida poco saludable, y la investigación actual sugiere que los factores dietéticos pueden desempeñar un papel. ¿La alimentación puede afectar el estado de ánimo, el metabolismo y la temperatura corporal? Esto sugiere que es necesario examinar múltiples ángulos. ¿Cuál de estos factores es más difícil de estudiar y por qué?
Diego Hidalgo-Mazzei: Es obviamente cierto; se trata de una persona que tiene añadido ese problema, pero la enfermedad no la define como persona, y esa persona come, vive y tiene su ambiente, sus costumbres y su comportamiento en ese sentido, como puede tener cualquier otra persona. Hay mucha investigación específicamente en el trastorno bipolar sobre la alimentación y cómo eso también puede llegar a modificar la microbiota y, en un tercer paso, finalmente la temperatura corporal. Las investigaciones se centran en varias áreas. Hay líneas de investigación sobre cómo una alimentación diferente puede impactar en el trastorno bipolar; hay una investigación incipiente con las dietas cetogénicas en el trastorno bipolar y el tema del metabolismo a nivel celular.
Se sabe que existen alteraciones que pueden desembocar en el trastorno bipolar a nivel de las mitocondrias, que producen la energía dentro de las células y que realmente tienen un gran rol en la regulación de la temperatura corporal. De hecho, esto se comenta en el trabajo que hemos publicado, que podría ser una de las causas detrás de esta diferencia en la temperatura que hemos encontrado.
¿Cuál de estos factores es más difícil de estudiar?
Diego Hidalgo-Mazzei: La temperatura, obviamente, hoy en día con esta tecnología, no lo es; es algo relativamente accesible y sencillo. Mientras que el metabolismo tiene muchos aspectos, porque, como dijimos, cada persona puede consumir cosas diferentes, tener un fenotipo diferente, una microbiota diferente, y eso a nivel de búsqueda de parámetros objetivos. Por ejemplo, las mitocondrias de las células son técnicas bastante más complicadas, hay que extraer sangre, hay que analizar en laboratorio con unos equipos y unas técnicas muy avanzadas, por lo que quizás sea lo más difícil de todo. Llegaremos allí, sí, pero seguramente esta parte del metabolismo que abarca varias áreas, si queremos ver lo más fino que podemos, es lo más complicado a día de hoy.
¿Cuáles son las diferencias entre mujeres y hombres en este caso?
Diego Hidalgo-Mazzei: Evidentemente, existen diferencias en el metabolismo entre mujeres y hombres. Como dije anteriormente, en este estudio parece que no son relevantes en lo que es la temperatura de la piel. Sin embargo, varios estudios diferencian ese metabolismo, sobre todo teniendo en cuenta también la edad de las personas. Hay que tener en cuenta que el metabolismo también se modifica según avanzamos en la edad, y en las mujeres también se modifica más tarde, en la menopausia. En cuanto al trastorno bipolar en sí, no hay líneas de investigación que digan que este metabolismo es relevantemente diferente. A lo que volvemos mucho es que sí se tiene muy en cuenta el tema hormonal, que afecta evidentemente también al metabolismo, donde en la evolución del trastorno bipolar puede ocurrir que haya más recaídas debido a desequilibrios hormonales en mujeres.
Cuando hablamos de hormonas, no solamente hablamos de hormonas como la progesterona o el cortisol; las hormonas tiroideas son también muy relevantes y las controlamos rutinariamente en el trastorno bipolar. Tienen un rol protagónico en todo lo que es la regulación del estado de ánimo, y, en el caso de los pacientes con trastorno bipolar, controlamos las hormonas tiroideas con bastante frecuencia para ver que este factor, estas hormonas, estén controladas, ya que también en las mujeres y sobre todo a medida que avanza la edad, la prevalencia del hipotiroidismo es bastante más alta que en los hombres, a quienes también controlamos. El tratamiento de la hipotiroides o, por el contrario, del hipertiroidismo lo lleva a cabo el endocrinólogo y se trata, y nos ayuda muchísimo a regularizar el estado de ánimo.
La cohorte PADRIS-PRESTO representa la cohorte basada en población más grande de Cataluña
“La cohorte PADRIS-PRESTO representa la cohorte basada en población más grande de Cataluña dedicada a la investigación en salud mental, proporcionando un recurso importante para que los investigadores y las autoridades de salud pública obtengan información sobre las tendencias y desafíos regionales en salud mental.” Como usted indicó, esto amplía su comprensión del uso de los servicios de salud mental, las tendencias diagnósticas y los patrones de tratamiento en Cataluña. ¿Hay alguna tendencia particular en los datos que le preocupe?
Diego Hidalgo-Mazzei: Sí, la cohorte PADRIS-PRESTO es un estudio independiente de este, en el que yo también soy el investigador principal. El estudio nació de la necesidad de buscar soluciones para el creciente problema de la atención a problemas de salud mental en la atención primaria, y de ahí desarrollamos una aplicación. Desarrollamos una plataforma de soporte decisional. Gracias a los datos de la cohorte PADRIS-PRESTO identificamos que existe una tendencia muy preocupante y creciente al aumento de problemas de salud mental que no son trastorno bipolar ni esquizofrenia.
Se trata de más problemas de salud mental que no son trastornos que todos podemos tener en nuestro día a día y por los que buscamos ayuda en el médico de cabecera. Esto lleva a que el sistema no dé abasto, porque el sistema realmente tiene unos recursos limitados. La creciente necesidad y prevalencia de estos problemas provocan un desequilibrio y existe una lista de espera inmensa; hay pocos psicólogos para la necesidad que existe. Pudimos demostrar en las publicaciones de esta cohorte, disponibles desde 2010 hasta 2019, que existe un aumento continuado, pero también hay un aumento continuado de médicos de atención primaria. Publicamos un trabajo en el que se ve cómo los médicos de atención primaria prescriben muchos más antidepresivos de lo que corresponde a los diagnósticos o indicaciones de antidepresivos, buscando o con la buena intención de ayudar a sus pacientes.
Muchas de estas personas que buscan ayuda por problemas de salud mental no tienen un trastorno; tienen insomnio, tienen agobio, tienen ansiedad, tienen síntomas depresivos debido a situaciones de la vida que son cada vez más complicadas. La pregunta que cabe, o la subpregunta dentro de esta, es: ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué todos tenemos cada vez más problemas de salud mental? No hay una respuesta clara. Hay gente que dice que es el ritmo de vida, hay gente que plantea teorías de que son las redes sociales, el estrés laboral, la presión social para sobresalir, el cambio climático.
Es un tema interesante, pero que se ve no solo en Cataluña, sino a nivel global. Por lo tanto, para dar una respuesta a esto, nosotros estamos desarrollando y próximamente pondremos en marcha un proyecto piloto en varios centros de atención primaria de Cataluña. Se trata de una plataforma de soporte decisional para los médicos de atención primaria, para que cuando se presente un paciente con un problema de salud mental, tengan herramientas para guiar sus decisiones y también para tratar al paciente. Dentro de esas herramientas, hemos creado y desarrollado una aplicación que no trata trastornos, trata problemas que todos podemos tener y también monitoriza el estado de ánimo.
Por ejemplo, en caso de que el estado del paciente empeore, avisa al médico de cabecera e incluso puede advertir sobre el riesgo de suicidio. Esto significa que tratamos todo el espectro de la salud mental y ese es, en parte, el objetivo de este proyecto.
“Cataluña está muy bien posicionada en cuanto a salud mental; se ha trabajado mucho en los últimos años.”
Cuando se trata de salud mental en Cataluña, ¿qué aspectos cree usted que necesitan ser mejorados o cambiados?
Diego Hidalgo-Mazzei: Cataluña está muy bien posicionada en cuanto a salud mental; se ha trabajado mucho en los últimos años. Me atrevería a decir que tiene uno de los sistemas públicos más punteros en la atención de la salud mental. A modo de ejemplo, el 061 ofrece atención especializada 24 horas de psiquiatras, psicólogos clínicos y enfermeros especializados en salud mental para las llamadas relacionadas con un posible riesgo de suicidio, algo que existe en muy pocos lugares del mundo. Luego tenemos una red interconectada que funciona bastante bien, donde podemos compartir datos, cursos clínicos de todos los pacientes, ya sea en Barcelona, Gerona, Tarragona, que cada vez se integra más, y una red de centros de atención de salud mental. Cada vez se intenta mejorar más la integración con todo lo que es la psiquiatría y la psicología infantil-juvenil con los ESMIC.
Donde quizás habría margen de mejora es en la atención primaria, que es la primera puerta de entrada para personas que quizás buscan ayuda, no tienen un trastorno mental severo y, sin embargo, tienen que esperar 3 o 4 meses para recibir ayuda. Ahí es donde nosotros queremos entrar e intentar ayudar con esta plataforma PRESTO, y también existen muchas acciones no digitales y digitales que se pueden hacer.
Por ejemplo, está bastante demostrado que la mayoría de las personas que van a la atención primaria tienen problemas de ansiedad, depresión, estrés, como ya dijimos, y existe un déficit muy grande porque no hay recursos. Pero en otros países, estas personas que buscan ayuda pueden obtenerla descargando una aplicación o suscribiéndose a un servicio de psicoterapia online que está subvencionado por el Estado de forma rápida, accesible y a un costo asequible. Esto hoy en día no existe en Cataluña ni en España porque no hay un sistema de reembolso y validación de terapias digitales como sí existen en Alemania y en el Reino Unido y en otros países de Europa. Esto tiene que llegar y ayudará a que las empresas que se dedican a este sector sean atraídas y puedan ofrecer herramientas validadas científicamente y con evidencia científica, es decir, que haya mayor accesibilidad a la psicoterapia.
Otras cosas también son los servicios psicosociales, que también son terapéuticos para estas personas que tienen problemas de salud mental que no constituyen un trastorno, pero también es siempre la promoción, el hablar más, el hacer más campañas, el decir que la salud mental no es solamente solucionar una vez que uno tiene una crisis, sino la promoción del cuidado de nuestra salud mental, de la que se pueda hablar en reuniones, se pueda hablar en las noticias. Se puede hablar en la calle con menos estigma sobre cómo cuidar nuestra salud mental de muchas maneras. Eso no es solo ir al médico cuando ya estamos mal. Eso incluye dormir mejor, hacer ejercicio físico, gestionar mejor el estrés, etcétera, y eso es un cambio social que tiene que llegar ya desde los colegios.
La mayor proporción de personas con pensamientos o intentos suicidas se encontró en el grupo de edad de 15 a 19 años.
En uno de sus estudios, también examinó la epidemiología del comportamiento suicida en Cataluña. Como usted indica en el estudio, la mayor proporción de personas con pensamientos o intentos suicidas se encontró en el grupo de edad de 15 a 19 años. ¿Están las instituciones educativas haciendo lo suficiente en términos de prevención, considerando que estos jóvenes crecerán y es importante que los problemas que surgen durante la adolescencia no sean descuidados?
Diego Hidalgo-Mazzei: La salud mental es un continuo y, lamentablemente, nosotros crecimos en una generación donde cuando nuestra salud mental ya tiene síntomas o trastornos, es cuando acudimos al médico. Hay toda una generación que vive así: cuando algo está estropeado, vamos a que nos lo arreglen. Las instituciones educativas se deben involucrar, porque la salud mental no es un problema de la sanidad pública, es un problema como sociedad que tenemos que enfrentar y un área que tenemos que proteger mucho, sobre todo a los jóvenes. Pero debemos educarlos, debemos hablar de ello en los colegios y de temas como el suicidio, el ciberacoso y el estrés postraumático. De todo esto se debe empezar a hablar ya y prevenir y promocionar en los colegios.
También es preocupante la tasa de prevalencia de problemas de salud mental en niños y adolescentes, lo que de nuevo tiene varios ingredientes: ¿es la sociedad, son las redes sociales, es el tiempo de pantalla? Probablemente sea una combinación de factores que hace que a estos jóvenes les sea muy difícil, como a nosotros los adultos, gestionar a nivel de madurez mental. Esto puede llevar a un deterioro de su salud mental, y eso puede llevar a estos intentos suicidas. Debemos trabajar mucho y se está haciendo mucho en Cataluña al respecto. Aquí se necesita mucha coordinación entre sanidad y educación para que a nivel de sociedad podamos abordar este tema.
Hace trece años usted publicó “Successful treatment of catatonic syndrome in bipolar I disorder adding aripiprazole to ECT: A case report.” ¿Se están cubriendo estos casos lo suficiente en los medios?
Diego Hidalgo-Mazzei: Esta pregunta realmente me sorprende, me causa mucho cariño porque fue el primer artículo científico que escribí siendo yo residente, y encontrar eso en los archivos históricos me llena de satisfacción. Afortunadamente, los síndromes catatónicos son casos muy excepcionales de una extrema gravedad en psiquiatría; ocurren una o dos veces al año en nuestra sala de agudos.
En un gran porcentaje, un 90%, se tratan adecuadamente con la terapia electroconvulsiva, que afortunadamente la tenemos bastante disponible en Cataluña, y la utilizamos en estos casos extremos porque es una recuperación inmediata. En este caso, no terminó de funcionar solo con la terapia electroconvulsiva y se tuvo que agregar aripiprazol, pero fue un caso excepcional. Como digo, son casos muy extraños, e incluso más extraños hoy en día. Ahora, con los tratamientos modernos, las catatonías son cada vez más infrecuentes porque los síndromes que desembocan en una catatonía se detectan mucho antes y se tratan mucho antes, por lo cual son muy raros los casos que llegan a la catatonía. Y cuando llegan, porque a veces ocurre, la terapia electroconvulsiva es el tratamiento que lo soluciona de forma efectiva y rápida. También se añade un poco de benzodiazepina, de lorazepam, y se resuelven en un porcentaje altísimo.
“Detrás de lo que se ve en un estudio hay mucho trabajo y muchos años dedicados.”
Me gusta preguntar a los científicos cuál estudio fue el más difícil para ellos, y cuál no recibió suficiente atención mediática, pero debería haberla recibido.
Diego Hidalgo-Mazzei: Bueno, eso ocurre. Hay muchos estudios que para nosotros son muy relevantes, que son muy difíciles de realizar. Todos los estudios son difíciles porque, desde que tenemos una idea, no es que podemos ir y hacerla. Tenemos que buscar financiación pública que nos pague esa idea, presentar un protocolo, competir contra otros colegas y finalmente, si la suerte nos toca, nos financian el proyecto y podemos hacer el estudio. Y muchas veces publicamos cosas que no son tan trabajosas, pero que llaman la atención de la prensa. En mi experiencia, recuerdo varios estudios que son relevantes.
Por ejemplo, una aplicación que hicimos que se llamaba SimpLe, una app para trastorno bipolar, fue muy bien recibida por la prensa, pero también fue muy difícil de realizar. Tuvimos que desarrollar la aplicación, comprobar eso y fue muy difícil. Fue muy interesante y la experiencia fue fantástica, pero fue difícil por toda la parte técnica, el desarrollo; nos quedábamos sin fondos.
Era una aplicación que les gustaba a los pacientes, pero no teníamos fondos para sostenerla a largo plazo. Luego, esa aplicación, al ser un dispositivo médico, debía regularse, y no teníamos fondos para hacerlo. Por lo tanto, fue una aventura difícil que creo que podría haber servido a muchísimas más personas, porque realmente era fantástica y salió muy bien, pero lamentablemente no se pudo sostener a largo plazo.
Llegar al punto donde la gente pudiera utilizarla con la regulación fue un gran problema: la falta de fondos para regularla y poder desplegarla, implementarla en el sistema público de salud. Y la gente la sigue pidiendo hoy en día, así que es un poco un reflejo de eso. Tuvo algo de atención mediática en su momento, pero fue difícil. Estábamos un poco en el mismo proceso con la plataforma Presto, porque también es un dispositivo médico y son cosas que uno desarrolla.
Presto y la aplicación Presto App están terminados desde hace dos años, pero llevamos dos años regulándola para poder hacer el estudio, y afortunadamente en este caso sí que conseguimos financiación para ello. Pero detrás de lo que se ve en un estudio hay mucho trabajo y muchos años dedicados.
“Hoy en día, en la práctica clínica, la inteligencia artificial nos sirve de poco.”
No voy a preguntar cuál es el siguiente paso, pero con todas las herramientas disponibles hoy en día, como la inteligencia artificial, ¿hasta qué punto su trabajo se ha vuelto más fácil y hasta qué punto más desafiante?
Diego Hidalgo-Mazzei: Se habla mucho de la inteligencia artificial, es el tema del momento, es hype. Es lo que pasó hace 10 años con las apps: nos va a salvar, vamos a estar todos mejor y vamos a hacer cosas con ellas. Hoy en día, en la práctica clínica, que es mi trabajo, la inteligencia artificial nos sirve de poco. Lo poco que nos está sirviendo es transcribir entrevistas clínicas de forma experimental para ahorrarnos tiempo de escribir, lo que tampoco hace muy bien y al final hay que controlarlo. Donde nos está ayudando mucho como investigadores es en entrenarnos, educarnos y crear.
Por ejemplo, en formas más eficientes de analizar los datos que tenemos y crear códigos, la capacitación. En ese sentido, es una forma mucho más fácil que leer un libro o consultar en la web. Por lo tanto, en ese sentido, hoy en día la inteligencia artificial nos está ayudando.
¿Qué pasará mañana? Seguramente no será mañana, será dentro de unos años si algo sale con el tema del chatbot terapeuta y tal, pero todo esto llegará mucho más adelante y también puede ser un poco peligroso. Por lo tanto, hay que tener cuidado con esta tecnología, sobre todo si los pacientes la utilizan. Hay datos, por ejemplo, de que al usar ChatGPT, estas tecnologías no están probadas para la salud mental y pueden inducir a eventos adversos, y hay que tener cuidado. Para nosotros hace la práctica clínica más desafiante. De vez en cuando hay un paciente que viene con ChatGPT, me dijo esto y usted qué dice, pero esto también nos ocurrió con las apps. También nos ocurrió buscando en la web, así que nos plantea desafíos, nos genera más preguntas que otra cosa y, como digo, nos facilita un poco el análisis de datos complejos, sobre todo.
Estos estudios muestran la importancia de tomar en serio la salud mental y de buscar ayuda, así como el papel de las instituciones educativas en el apoyo a los jóvenes. Actualmente, más de 84 millones de personas en Europa padecen algún tipo de problema de salud mental. Por eso, los descubrimientos científicos como la investigación de Diego Hidalgo-Mazzei son tan valiosos: ayudan a los profesionales a comprender mejor los trastornos y a desarrollar terapias más eficaces y personalizadas que realmente pueden cambiar la vida de las personas.
Image: Diego Hidalgo-Mazzei

